Comentarios (del autor) sobre la novela…

Venga, hablemos un poco del libro que se supone que quién asoma por aquí siente como mínimo curiosidad al respecto (y alguno que otro, espero que hasta verdadero interés…) 😉

Lo primero que puedo deciros, aparte de todo lo que ya sabéis sobre que es una especie de partida novelizada (aunque nunca llegó a jugarse, el libro se basa en el planteamiento de lo que pudo haber sido y no fue… por el peso de la “vida real” sobre los viejos amigos roleros…) es que he querido convertir este libro en un alegato a favor de las cosas pequeñas, las tramas menores de esas que no afectan al mundo para nada, solo interesan a nivel de política local y no hay nada crucial en juego. Y eso es porque tengo un verdadero empacho de las grandes sagas transcendentales que tratan de salvar el universo. Claro que muchas me gustan, por ejemplo me ha encantado todo lo visto hasta ahora sobre La Alianza de los Tres Soles de Bayo, por poner un ejemplo cercano, eso le gustaría a cualquier aficionado a la fantasía, pero no lo son todo, y tengo la impresión de que se abusa reiteradamente de ellas. Así que he querido hacer de forma premeditada, con alevosía y nocturnidad (a veces, que uno escribe cuando puede y el trabajo no perdona) un ejemplo de partida/novela basada en los litigios internos para disputar el título de Conde de Montegrás. Y quién gane, a darse la gran vida. Sin más. Espero haber sido capaz de demostrar que una gran aventura no tiene por qué ser forzosamente una epopeya y que también puede haber épica en los asuntos menores…

Otro punto que podemos mencionar es la picaresca. Aquí, el que no corre, vuela… y no hay buenos ni malos, por supuesto… sino malos y peores, y en ese contexto los dos protagonistas son “nuestros hijos de puta”. Aunque espero haber sido capaz de dotarlos de la facultad de hacerse simpáticos al lector, pese a sus muchos vicios y defectos, capaces de ahogar cualquier virtud que no sea la de sobrevivir… ;P

¿Qué más puedo añadir? Bueno, comentar que la estructura narrativa no es la usual sino que se acoge a la moda de adoptar diferentes perspectivas subjetivas, casi al estilo del célebre Juego de Tronos que a todos os vendrá a la mente, aunque en este caso limitadas a los dos protagonistas principales. Cada capítulo está dividido a partes iguales entre entradas para uno (Royam de Montegrás) y para otro (Elvir Red Lenavi) y así se irán alternando, aunque con extensiones variables, durante todo el libro. La idea no es nueva, creo que a estas alturas ya nada es una verdadera innovación, pero desde luego es una herramienta muy útil para el narrador que a mí me ha fascinado: te permite jugar con elipsis para agilizar la narración y saltarte con elegancia escenas que podrían enlentecer la historia, puedes usarlo también para dar información selectiva que sólo conoce uno u otro personaje (y ahora también el lector) manteniendo al otro en la ignorancia, te da ocasión de contar de forma divertida las desventuras y alocadas ocurrencias de cada una de las partes, mediante la visión crítica y cínica de su compañero, que no pierde ocasión de dar su opinión con toda la mala saña…

He buscado también darle un toque de humor solapado pero casi continuo, inspirado en el espíritu de la picaresca y me he permitido el lujo de introducir cuando me ha parecido guiños al friki que todos llevamos dentro, que conducirán incluso a hacer un Trivial del Legado.

Ya informaré al respecto más adelante, pero anuncio ya que sortearé un ejemplar gratuito a quién acierte las cuatro o cinco preguntas, basadas exclusivamente en el contenido del libro.

Y además, en otra entrada, si es que le interesa a alguien, hablaré de los temas polémicos a nivel del universo de juego, pues si bien respeta rigurosamente la ortodoxia gloranthana, seguro que a más de uno le sorprenderán ciertos aspectos (absolutamente intencionados) 😉